Un día, mirando libros de fotografía en una biblioteca de Vigo, vi una serie de fotos sobre la emigración realizadas por Manuel Ferrol en el año 56. Me llamó la atención, la más conocida, un hombre que va llorando por la calle cogiendo con fuerza a su hijo, intentando alargar los últimos momentos, mientras va hacia el barco que lo llevará lejos. La expresión de dolor en su rostro me hizo pensar en su dolor interior, provocado por el sentimiento de ausencia que ya empezaba a sentir y por el miedo de lo que aún le quedaba por vivir.

Esto hizo que recordase un miembro de mi familia al que yo nunca conocí. Un hermano de mi abuelo, que emigró a Argentina y del que no volvimos a saber nada. Imaginé que compartiría las mismas sensaciones que el protagonista de la foto de Ferrol.

Así surgió este trabajo que pretende, por un lado, ser fiel a su título “ As cousas que botei de menos” y, por otro, reconstruir la vida de mi pariente perdido, porque las cosas que echamos en falta pueden decir mucho de nosotros.

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